si la distancia nos
permite
ver las mismas estrellas
pero no deja compartir el
olor de nuestros cafés.
Qué hacer
si la distancia acerca
los recuerdos
para alejarlos
nuevamente,
para probarnos.
Qué hacer
si tú
me envías tu rabia
y tantos días marchitos
para juntarlos con los míos
y se devoren,
y se enamoran.
Qué hacer
si cada día retiro las
cenizas
abandonadas por la
nostalgia
para que no ahoguen el
fuego
que apague el frío de la
distancia,
y el viento las trae de
nuevo.
Qué hacer
si metimos la pasión en
jaula de escarcha
y el verano no llega.
Qué hacer
si me desnudo de mis
sombras
cada día sobre papeles
y no consigo leerlas
ni tu siquiera.
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