Labios
Mientras hablas
veo como se mueven,
sé que dices algo
pero no oigo nada.
Veo el vaivén de sus rincones,
la sensual danza de sus orillas.
Ni siquiera deseo besarlos,
solo mirarlos.
No los humedezcas y argumentes el
deseo,
solo mirarlos.
Una leve sonrisa
convierte en inofensiva el arma de
Cupido
pero descubre brillos nacarados,
como los brillos que por un instante
me lleva a tus ojos.
Es solo un breve instante,
tan breve como el silencio,
que hace que se junten acogedores y aterciopelados,
y después,
se separen acogedores y sonrosados
para avivar las mudas palabras.
Disculpa que no te oiga
ahora no necesito palabras,
solo mirarlos,
así,
desde lejos,
hasta que se queden sin palabrasy deseen ser besados.
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