SU
VOZ
Marchó
el día en el que te conocí,
como
marchó el día que habitaste en mi piel.
Se fue
el día que me rozaste
y temblaron mis labios,
y temblaron mis labios,
como
se fue el día que me sentí
mecido
en una de tus miradas.
Perdieron
su nombre,
pero
dejaron su voz
y
ahora, entre un insolente ruido,
antes
de que mi nombre marche de ti,
es
la mía,
la
que quiere decirte,
-mis
amores nacieron
y
morirán en ti-.
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