Las ventanas
Cuando hablamos a los demás esperando
oírnos,
porque no sabemos hacerlo a solas,
las ventanas las carga el diablo.
Igual que los ojos que caminan por
lugares distintos a los que los pies guían.
Como los ojos cuando no buscan encuentros,
como los espejos cuando ciegan las
miradas.
Como cuando levantamos a un niño para
darle un beso
porque nos cuesta hacernos pequeños.
Las ventanas las carga el diablo
cuando estamos en la espera,
no encontramos salida , el tiempo se
agota
y la desesperanza se hace dueña,
también cuando te echo de menos
y permanezco en la silla con un
abrazo gastado.
Las ventanas las carga el diablo
cuando las dejamos cerradas.
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