Funcionario del amor.
Siempre guardo tu lado de la cama,
siempre dispuesto a tu llegada,
siempre dispuesto a abrazar
cualquier impulso tuyo,
cualquier impulso tuyo,
a besar tu dulce aroma,
a recorrer juntos tus apetitosas agendas,
a recogerte cualquier día.
En la noche tu cuerpo y tu recuerdo siempre
tiene sitio,
la noche alerta los deseos
y gusta de aliar tu puesto y mi cuerpo para
arroparte.
Tu páramo y un sutil acantilado que a ciegas
lleva al abismo,
hacen de fronteras,
fronteras ya conocidas
que hacen tedioso investigar en otras camas.
Siempre tu lugar está libre
que quiere asegurar tu vuelta.
Con sábanas bien alisadas
en esta cama grande,
demasiado territorio a recorrer,
para deambular a ciegas,
para alargar la mano y
acallar el obediente e imprevisto
despertador.
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