El
tiempo no cura
El
tiempo no cura la debilidad de la forma
ni
sus achaques.
El
tiempo no cura la necesidad de refugio
ni
la búsqueda de paraguas los días de lluvia.
Tampoco
cura de los errores
ni de
los que vengan,
ni
la delatadora voz de las palabras ni su rastro,
ni
los naufragios ni sus pecios.
El
tiempo no cura la necesidad de amor
ni
la ausencia de caricias.
El
tiempo no cura la tristeza del abandono
ni
el abandono mismo.
El
tiempo no cura la sed que dejan las ausencias
ni
las heridas de sus gestos,
tampoco
cura la incertidumbre de nuestros sentimientos.
ni la
de nuestras pasiones.
El
tiempo no cura la necesidad de llorar, aunque lagrimas ya no haya,
ni tampoco
limpia sus huellas.
El
tiempo no cura la debilidad del dolor
ni del
extravío de sus fortalezas,
La
estupidez tampoco la cura
El
tiempo no cura el olvido del frío pasado
en
brazos del un caluroso verano,
ni
siquiera las dificultades para encontrar lo que buscamos,
ni
siquiera de la pereza de decir -esto no me gusta-.
El
tiempo no cura el tiempo pasado.
El
tiempo no cura la vida,
la
da,
también
la mata.
El
tiempo nada cura,
nada,
solo
esconde.
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