Ahora, lleno de ausencias
Ahora,
lleno de ausencias,
casi ni camina,
mi pequeño
río.
de niños sigilosos tras
de tejedores parturientos.
de cangrejos temerosos de
los fines de semana,
de la vida de los días de
fiesta,
de la vida de de cada
día.
Tu comitiva triste ni se asoma,
dónde está aquella enorme piedra,
nadie sabía quién la puso,
ha desaparecido su senda,
ya no le acompaña el árbol grande.
Ahí está, parece aletargada entre
hierbas despechadas
esperando una primavera perdida,
esperando ser otra vez cómplice,
ya no está brillante,
ya no es asiento, ni tobogán
ni escondite.
Quién seco tus entrañas,
quién te llenó de
abandono.
Ya no acarician pies adolescentes
y juguetones tus cantos tallados,
cincelados por tu aliento
y por el tiempo
ya ni se ven,
atrapados bajo gabardinas
oscuras de eskay y lodo,
dejando su pan, hasta las
ranas se han marchado.
Lleno de ausencias,
mi pequeño río,
en tu escasa agua cautiva
te estás ahogando.
Ahora,
esconden tu pudor,
párvulas plantas que
intentan asomarse entre trenzados arbustos desordenados,
y lánguidos arboles que sin poder escapar de su cuna,
convidando a su sombra, estiran
sus brazos en vano.
Ahora,
nacidos para no crecer,
solo reluce,
un ralo sembrado
de aburridos carteles de
no se puede.
No hay comentarios:
Publicar un comentario