Cuenta
tu cara
Siguiendo
migas de pan o piedrecillas,
o
sabiendo que el lobo aparecería,
o la
malvada madrastra,
o
gritando para no ser comidos,
entre la vida y la muerte,
sin
aditivos y en colores naturales,
nos
contaban aquellos cuentos.
Como
cuenta tu cara,
con
sus pequeñas sendas de asunción y rebeldía,
aventuras,
dudas, risas, pesar, alegrías, sinsabores,
encuentros , decisiones.
Sin
doblegar su candor,
buscando
un buen final,
cuenta
tu cara
que el
relato la ha endulzado
y ha dorado su luminosa luz.
Cuenta
tu cara,
la
belleza de la madurez aceptada,
la de
gestos tan cautelosos
como
cómplices de la sonrisa,
la belleza
que el tiempo acompañado
rubrica
cada día.
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