Riachuelo camino

Una pequeña hoja amarilla,
acariciada por suaves pinceladas verdes,
flota sobre las aguas del adolescente riachuelo.
 
Ligeramente curvada por la lágrima que cobija,
navega mecida,
a veces gira sobre sí,
se recrea en su vaivén.
El jugueteo con las ondas
la devolverán de nuevo al camino.  

El riachuelo no conoce descanso,
como mucho algún momento de calma.
Camina despierto,
sobre el lugar que ganó en su pelea con la tierra.
A la vez es camino de vida,
para quien sepa pisar tan suave
que al agua acaricie,
que ni siquiera se moje,
o para quien fecunde sus entrañas. 

Necesita seguir sin pausa el cauce,
si no se perdería.
Necesita que sus gotas permanezcan juntas,
aunque algunas se suiciden,
para que aceleren las otras el viaje. 

Busca obsesionado su lugar de encuentro,
se juntarán con otras aguas,
con otras hojas,
se harán más fuertes,
hasta dejar,
las todas las lágrimas,
sobre la mar salada.